La comunidad de nuestra escuela vive en una ciudad, un contexto urbano, poblado, transitado, muy edificado.
El barrio de Caballito tiene pocos espacios verdes.
La pandemia nos llevó a repensar la importancia del aire y la luz como fuentes de cuidado de nuestra salud. De ahí surge la necesidad de acercar lo más posible la naturaleza a los niños y niñas.
La terraza pasó a ser, además de un lugar de juegos, un entorno natural. Allí armamos la huerta que pensábamos permitiría la presencia de pájaros, mariposas, gusanos y abejas.
A partir de preguntas “lecturas”, problemas sencillos, todos los grupos del jardín fueron avanzando en diferentes temas y contenidos.
Construir una compostera, regar y cuidar las plantas, armar macetas, disfrutar de las aromáticas, cosechar lo producido y fomentar el consumo de frutas y verduras, fueron experiencias de gran valor educativo.